Esta semana RCTV Internacional estrenó La Trepadora, "adaptación libre" de la novela de Rómulo Gallegos escrita por Ricardo Hernández Anzola. Como es usual en estos casos, la prensa (ver por ejemplo, El Universal, Meridiano, El Nacional (video presentación a la prensa)) y el público (como ejemplos leer 1, 2, 3) han comentado abundantemente los tres capítulos que han salido al aire para el momento que escribo estas líneas.
Dos temas parecen dominar particularmente los comentarios: la presencia (piel y actuación) de Norkys Batista como Victoria Guanipa y las características del libreto.
El primer tema coloca sobre la mesa el debate/problema del talento vs. la belleza física de las actrices y actores de telenovelas. Desde su premiere, La Trepadora apuesta a la belleza física al capitalizar una y otra vez el atractivo y sex appeal del repotenciado físico de Norkys Batista, incluyendo un desnudo al final del capítulo 1 que es visualmente hermoso, pero relativamente vacío en cuanto a pertinencia dramática y consistencia de los diálogos:
Es importante mencionar que aunque, Torrente, la próxima novela que Venevisión pondrá al aire no ha sido estrenada, las fotos oficiales que han sido publicadas muestran a su protagonista, Maritza Bustamante, con un aspecto bastante parecido al de la Victoria Guanipa de La Trepadora.
Y se sabe que el primer capítulo tendrá dos escenas "de cascada". (Dado que Venevisión sí está por señal abierta y por lo tanto sujeta a la Ley de Contenidos, esos baños en la cascada necesariamente mostrarán menos que el de La Trepadora). Habrá que ver si en la puesta en escena de Torrente también se le da prioridad a la arista de mostrar físico por encima de otros aspectos.
En cuanto al libreto de La Trepadora, esta versión bastante libre del clásico galleguiano (aquí puedes leer sobre las muchas versiones para TV que se han hecho sobre la obra de Rómulo Gallegos) me resulta un contraste con las adaptaciones de las novelas de Gallegos que José Ignacio Cabrujas hiciera para RCTV. A continuación un texto escrito por el estudioso de telenovelas Alí E. Rondón, publicado en el año 2006, y que se refiere a las mencionadas adaptaciones que escribiera Cabrujas :
En todo caso, como lo demuestra José Ignacio Cabrujas con sus miradas fraternales a los guiones de Doña Bárbara, Canaima y Sobre la misma tierra en las mismas caracterizaciones de Arturo Calderón (Juan Primito), Miguelángel Landa (Marcos Vargas) o Marina Baura (Cantaralia Barroso, Remota Montiel) se impone el manto dramático y hasta trágico de las anécdotas mitad reales, mitad ficción. Todas y cada una de las telepresencias sobresalen entonces como la suma de valores étnicos individualizados más vigentes que nunca. Tras la mascarada de sus desaciertos y desvaríos nos enseñan vertientes secretas de un alma que ha seguido transformándose hasta erigirse con dignidad en el ser que actualmente somos los venezolanos. Ocurre, sin embargo, que no estamos hablando de la mera filmación de lo escrito. Entregado a un trabajo casi adiposo Cabrujas se ha encargado de engordar los diálogos. Otra veces toma el esquema desnudo de una situación, la reprocesa suprimiendo secuencias prescindibles para el guión y nos la entrega con la nostalgia de esas imágenes y parlamentos donde se respira el tema de la obra. En ese trayecto diríamos entonces que el libretista ha llevado al lenguaje televisivo algo más que la urdidumbre de flaquezas, sonrisas, sinsabores, injusticias, odio y amor originalmente resueltos en el ámbito narrativo. Ha dialogado con las obras. Ha sabido leer en ellas cierta propuesta latente que le permite (re)escribir el drama tocándole el plexo del Yo a los personajes (Enfasis añadido por mí, Alí E. Rondón (2006), Medio Siglo de Besos y Querellas, pp. 54-55).
Y en este acertado análisis de Rondón está la clave de la incomodidad que sentimos algunos con el libreto de esta nueva Trepadora.