Ando pensando en lo local y lo global y en la llamada “telenovela universal”. Recuerdo telenovelas que se hicieron con un contexto genérico—lugar y época no identificables— para que fueran “universales” y se vendieran en diferentes continentes. Pienso en la exigencia del acento y el vocabulario “neutros” para que nos entiendan los que solo están acostumbrados a su propio acento y léxico. Recuerdo las veces que he escuchado a algún ejecutivo pedir una historia que no tenga “localismos”.
Ando
pensando que el cine no piensa mucho en hacer las cosas así. Sí, ya sé que no
es lo mismo…
Y ando
pensando en todo esto cuando veo reinando en las redes sociales estas escenas
hechas en Turquía. Observo a estas teleseries sustituir a las telenovelas mexicanas en los Balcanes, el Medio Oriente y hasta en Latinoamérica. Leo que en el 2004 las producciones turcas apenas ganaron diez mil dólares. El año pasado las ventas totalizaron $250 millones.
(Si el video no salta solo a la marca 1:28:00, hágalo usted)
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Los
fans ven, comentan, comparten, tararean y repiten estas escenas. Les ponen, inclusive,
subtítulos. Pero no los necesitamos realmente. Porque lo que está ahí lo
entendemos todos: amor, melodrama, química, talento y valores de producción.