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octubre 12, 2007

DE LA INVESTIGACION AL SALON DE CLASE: LA RECEPCION DE LAS TELENOVELAS















Como es de esperarse mis estudios sobre la telenovela se reflejan en mi salón de clase. A veces más, a veces menos, pero siempre tienen algo de presencia en el tema de discusión del día. Estas dos últimas semanas tuvieron mucha presencia en mi clase Telenovelas, Culture and Society.

El tema que nos ha ocupado en estas dos semanas es el consumo o recepción de las telenovelas. Dividí el tópico en varias sesiones en las cuales leímos y conversamos acerca del lugar que ocupan las telenovelas en muchos hogares latinoamericanos, el rol que juegan los foros y chatrooms en Internet, la recepción de las telenovelas de corte político (como Cosita Rica), o de corte social (como Ciudad Bendita), las mediciones del consumo (el omnipotente rating) y la representación y consumo de temas de salud y/o socioculturales.

En este último rubro analizamos la puesta en escena y la recepción de tramas como:

- El abuso doméstico


Catalina (Elba Escobar) en El País de las Mujeres

- La obsesión con la cirugía plástica


Pamela (Viviana Gibelli) en El País de las Mujeres


Maru (Jessika Grau) en Ciudad Bendita

También analizamos el tratamiento y la recepción de historias importantes que tocan temas de la salud y que no pueden tener un final feliz:


Peregrina (Caridad Canelón) sufre de Alzheimer en Ciudad Bendita.

Me detengo en este último caso. Porque así como el rating siempre mostró el interés de la audiencia en esta trama (el episodio en el que Peregrina se pierde y es encontrada por Juan Lobo obtuvo 47.8% de share y 14 ptos de rating promedio, sacándole 8.4 ptos de ventaja a la telenovela que llegó segunda), así las personas que participaron en mi estudio de esta telenovela comentaron en su momento cuánto los conmovía la historia de Peregrina y el proceso por el cual pasaron sus familiares ante esta enfermedad que Nancy Reagan llamó en algún momento "un largo adiós". De la misma manera mis alumnos se conmovieron esta semana con las escenas en las cuales vemos cómo el Alzheimer de Peregrina avanza inexorablemente: Peregrina se confunde cuando cocina, no encuentra su anillo de matrimonio, sospecha de propios y extraños, se le olvida el Padre Nuestro, se le olvida el nombre de su hijo, le pide a La Diabla que le tatúe los nombres de sus seres queridos en el brazo, se pierde, no reconoce a sus seres queridos, etc...

A pesar de tener una alta carga dramática, el Alzheimer de Peregrina no es una historia fácil de contar en telenovelas porque se sale de la lógica de "crimen y castigo" que rige al género. Peregrina no tiene un final feliz, a pesar de no ser un personaje "malo", ni "villano". Es una trama que no tiene posibilidades de humor. Por lo tanto debe ser balanceada con otras historias que sí lo tengan. También debe ser aderezada con mucho amor y, en lo posible, romanticismo.

En resumen, incluir una historia como la de Peregrina es un reto que hay que asumir con cuidado y responsabilidad. Cuando se logra, el público responde positivamente.