agosto 31, 2008

HUGO CHAVEZ Y LAS TELENOVELAS


Todotnv es uno de mis blogs favoritos de telenovelas. Hoy apareció allí un post sobre lo fácil que es culpar a las telenovelas de ser machistas, denigrantes de la mujer, etc. Ese post, por supuesto trae a colación el eterno debate sobre si el contenido mediático refleja a la realidad o la realidad es influenciada por los contenidos mediáticos.

En América Latina, cuna de las telenovelas, también le echamos la culpa a las telenovelas de muchas cosas...aún cuando las vemos religiosamente. Pero la semana pasada el Presidente Hugo Chávez en su alocución semanal a los venezolanos decidió atacar a las telenovelas de manera singular (también atacó a la Internet), llamándolas entre otras cosas "capitalistas": "Cuidado con las telenovelas esas capitalistas: envenenan (...) Eso tiene una intención ideológica: destruir el potencial de un niño, de una niña, de un joven, inducirlos a esa vida plástica. Y muchas veces a la violencia, a la prostitución, a la pérdida de los valores".

Aquí el video:



El Presidente pareciera haber olvidado que el orígen de las telenovelas se puede encontrar en la literatura de folletín y que la cuna de las telenovelas es nada más y nada menos que Cuba, el país de su gran amigo Fidel Castro. También pareció olvidar en sus declaraciones que su propio canal TVES (el cual colocó en la señal que pertenecía a RCTV, la televisora que él cerró) compra y produce telenovelas.

Estos y otros argumentos fueron expresados de manera elegante y concisa por los escritores venezolanos de telenovelas al reaccionar ante la diatriba presidencial (citas tomadas el 26 de Agosto de 2008 del diario El Universal) :

Leonardo Padrón: "El presidente vuelve a incurrir en una de sus múltiples contradicciones, pues en TVes, que es el gran canal de la revolución, también transmiten telenovelas". Telenovelas como Cosita Rica y Ciudad Bendita "han sido enteramente venezolanas. Ahí hay 400 horas de televisión que no hablaban precisamente de los nativos de Texas o de Arizona. Hablan de la gente de Caricuao o de La Bombilla de Petare y de la precariedad que signa su vida". "Las telenovelas son entretenimiento. Cabrujas lo dijo mejor que nadie: 'La telenovela es el SHOW del sentimiento'. Cuentan historias de amor contrariado. En mis telenovelas, yo he hablado de violencia doméstica, de maternidad precoz, de paternidad irresponsable.
¡Explícame si ahí estoy inculcando valores capitalistas!"

Pilar Romero: "Una telenovela es una historia de amor. La única única que se hizo con un sesgo editorial distinto, y no era para nada capitalista, fue POR ESTAS CALLES. Del resto, la calle del medio de una telenovela siempre es una historia de amor. Y más bien son historias moralizantes porque en ellas los buenos se premian y la maldad siempre se paga".

Martín Hahn: "En ningún momento he pensado hacer una novela capitalista o una novela socialista. Yo sólo pienso en hacer una novela entretenida y que tenga un mensaje positivo. La lucha por mantener la familia unida, el perdón, la reconciliación y la superación personal, son los temas que a mí particularmente me gusta tocar en las telenovelas"

Benilde Avila: "No me explico de donde saca él (Chávez) eso. Debe ser que no ve las telenovelas. Es una contradicción decir que las telenovelas envenenan puesto que TVes, siendo una televisora social, las produce y las transmite".

Personalmente, estoy algo extrañada de que el Presidente Chávez haya decidido atacar a las telenovelas. Hasta ahora él había demostrado ser una persona muy astuta en su comunicación con el pueblo venezolano, respetando siempre los rituales y gustos venezolanos en cuanto al consumo de la cultura popular y aprovechándose de su conocimiento de todos ellos para muchas veces manipular a la población. Atacar a las telenovelas con argumentos vacíos en un país donde la mayoría consume casi el mismo número de telenovelas que comidas diarias me parece tonto y equivocado.

Es mucho lo que se le puede criticar a las telenovelas, pero también se pueden decir muchas cosas positivas sobre ellas. Y nunca vamos a saber si Hugo Chávez hubiera llegado a la presidencia de no haber existido una telenovela llamada Por Estas Calles.

agosto 24, 2008

TELENOVELAS, BOLEROS, TANGOS Y RANCHERAS


Hace ya más de 20 años el académico Jesús Martín-Barbero había escrito sobre el papel que juega el melodrama en la cotidianidad de los latinoamericanos enfatizando que el melodrama tiene mucho de nuestra manera de ser: fatalistas, con tendencia al machismo y supersticiosos. Martín-Barbero hablaba tanto de las telenovelas, como de algunos géneros musicales como el tango y la ranchera. Yo añadiría el bolero a esta lista. Todos ellos--telenovelas, tangos, rancheras y boleros--representan no sólo los diversos costados de eso que llamamos América Latina, sino también son expresiones culturales de uno de los verbos más interesantes que utilizamos en nuestra región: despechar

La cultura de los Estados Unidos es la cultura del "move on" y "shake it off" después de una experiencia amorosa negativa, del "seguir adelante" y "sacudirse" la tristeza.  En contraste, los latinoamericanos tendemos más bien a no seguir adelante hasta que no nos hayamos "despechado" al menos por un rato. Despecharse es dedicarse por un tiempo a sufrir 100% por ese amor perdido o no correspondido. Y no hay mejor acompañante para el despecho que un bolero, una ranchera o un tango (amén del licor que parece estar siempre involucrado). Las telenovelas parten del mismo principio. Son, como decía Cabrujas, "el espectáculo del sentimiento". Pero también son las emociones y los sentimientos convertidos en espectáculo. Las telenovelas nos permiten al público poder ver el ciclo de enamoramiento, ruptura y despecho de una manera quizás algo operática, pero con la cual nos identificamos, aunque esa identificación nos sorprenda. 

A continuación coloco algunos videos que uso en clase para explicar/ilustrar la relación entre boleros, tangos, rancheras y telenovelas. Todos tocan el tema de lo que hemos perdido: amores, tiempo, momentos. Todos son melodrama, el más universal de los códigos.

José Feliciano canta el bolero "Amor Gitano" en el cual le dice a la mujer que vio con otro:
"Toma este puñal
Abreme las venas
Quiero desangrarme
Hasta que me muera
No quiero la vida
Si he de verte ajena
Pues sin tu cariño
No vale la pena".



Penélope Cruz dobla a Estrella Morente en la película de Pedro Almodóvar "Volver". Es una versión españolizada del tango "Volver":

"Tengo miedo del encuentro
 con el pasado que vuelve
 a enfrentarse con mi vida.

Tengo miedo de las noches
 que pobladas de recuerdos 
encadenan mi soñar.

Pero el viajero que huye tarde o temprano detiene su andar.

Y aunque el olvido que todo lo destruye 
haya matado mi vieja ilusión, guarda escondida una esperanza humilde que es toda la fortuna de mi corazón.



Volver,
 con la frente marchita, 
las nieves del tiempo
 platearon mi sien.

Sentir, que es un soplo la vida, 
que veinte años no es nada,
 que febril la mirada, 
errante en las sombras
 te busca y te nombra.

Vivir,
 con el alma aferrada 
a un dulce recuerdo que lloro otra vez".

'

Y, finalmente, el despecho más estereotipado de todos. Vicente Fernández canta la ranchera "Volver, Volver" en un bar tomando tequila donde tiene hasta el caballo estacionado allí.

"Este amor apasionado, anda todo alborotado por volver.
Voy camino a la locura y aunque todo me tortura, sé querer.

Nos dejamos hace tiempo pero me llegó el momento de perder.
Tú tenías mucha razón, le hago caso al corazón y me muero
por volver

Y volver, volver, volver a tus brazos otra vez,
Llegaré hasta donde estés
Yo sé perder, yo sé perder,
Quiero volver, volver, volver"



agosto 11, 2008

AEJMC-CHICAGO-TELENOVELAS, CULTURA Y SOCIEDAD


El último mes he estado bastante ocupada debido a mi asistencia a dos congresos importantes. Uno internacional (ver detalles sobre mis ponencias en IAMCR-Estocolmo en: 1, 2, 3) y el otro nacional-- AEJMC (Association for Education in Journalism and Mass Communication) en Chicago.

En esa bella ciudad del midwest norteamericano presenté una ponencia sobre la inclusión de temas socio-culturales en telenovelas usando como caso de estudio a la telenovela venezolana Cosita Rica y centrando mi atención en cuatro de los diversos temas de este tipo que esta telenovela presentaba: la obsesión con la belleza física, el machismo, el embarazo precoz y los "niños de la calle". (Otros temas socio-culturales presentes en Cosita Rica eran: las creencias religiosas, las adicciones, el desempleo, la delincuencia, los contrastes socio-económicos de Venezuela y las estrategias de supervivencia de sus habitantes).



En este trabajo coloqué la producción, representación, recepción y regulación de estos temas en la ficción que era Cosita Rica cara a cara con el contexto de la realidad venezolana. A continuación está el ejemplo del contexto y trama del embarazo precoz:





Conociendo la intención del autor y su uso de estrategias como la inclusión del humor para incitar a la reflexión, analicé cómo el público disfrutó las tramas, pero muchas veces no acusó recibo o digirió el mensaje que llevaban porque son temas que hemos naturalizado como "normales" (por ej: la obsesión con la belleza y el machismo). En la ponencia también detallé las articulaciones entre producción, representación mediática, recepción, regulación e identidad que estos temas socio-culturales ilustran de manera particular.




Y con esta ponencia, termina mi "temporada de congresos" y me acerco al nuevo año académico que ya comienza dentro de una semana.

agosto 05, 2008

DOÑA BARBARA Y LA "IMAGEN EN MI CABEZA"



Anoche se estrenó la muy esperada Doña Bárbara en Telemundo. Es importante dejar claro que escribo estas líneas después de haber visto sólamente el primer capítulo. Mi propósito en este escrito no es hacerle una disección a esta nueva telenovela cuyos valores de producción son innegables, sino más bien hacer una reflexión sobre eso que Walter Lippmann llamó “the pictures in our heads” /“las imagenes en nuestra cabeza” y su confrontación con lo que existe fuera de nuestras cabezas.

Como venezolana crecí leyendo a Rómulo Gallegos. Sus libros son ingredientes ineludibles y fundamentales de la educación en mi país. Por eso tengo en mi mente a “miDoña Bárbara. Ella no es ni María Félix, ni Marina Baura.


Ella es “mi” "devoradora de hombres", la que construí en mi mente a lo largo de las diversas lecturas de Doña Bárbara que he hecho en diferentes etapas de mi vida.

Siempre hay algo de distancia entre la “imagen en nuestra cabeza”, producto de la lectura de un libro, y la imagen en la pantalla de cine o de un televisor. Siempre negociamos entre ambas imagenes, hasta que aceptamos o no la que está en la pantalla. Yo anoche tuve dificultad en esa negociación en el caso de “miDoña Bárbara y Doña Bárbara/Edith González. Es importante aclarar que en ese primer capítulo, ella sólo aparece en los últimos 10 minutos, pero reconozco que me costó aceptarla. Esto no es un reflejo del talento de la actriz, ni de la manera como está escrito el personaje, sino más bien de la fortaleza de esa imagen que vive dentro de mi cabeza y que no coincide con el fenotipo de Edith González, ni con su acento mexicano. También es producto de la inevitable confluencia de mi identidad venezolana con mi lectura de este texto audiovisual, escrito y producido en clave “internacional”, donde el país donde ocurren los hechos nunca es mencionado, a pesar de la presencia del Río Arauca. Estoy segura que no soy un caso aislado. Probablemente muchos venezolanos tendrán las mismas dificultades que yo, mientras que los televidentes de otras nacionalidades no tendrán ese problema.

Es interesante mencionar que caminé facilmente la distancia entre “miSantos Luzardo y Santos Luzardo/Christian Meier. Quizás porque la emblemática es ella y no él. Así de complicada de entender es la relación entre la “imagen en nuestra cabeza” y el mundo exterior. Es una de las aristas más fascinantes del consumo de contenidos mediáticos: la relación estrecha entre identidad y lectura (consumo/recepción).

Seguiré viendo Doña Bárbara y observándome a mí misma mientras negocio la distancia entre la "imagen de mi cabeza" y la del televisor.