septiembre 27, 2013

DIEZ AÑOS DESPUÉS DE COSITA RICA



El 30 de septiembre se cumplen diez años de la transmisión del primer capítulo de la telenovela Cosita Rica  por Venevision. La novela traía un atractivo coctel de romance, realismo, humor y comentario tanto político como sociocultural. Cosita Rica incluía personajes alegóricos a personalidades políticas. En particular, “Olegario Pérez” era una metáfora de tinte opositor del entonces presidente, Hugo Chávez.  Esta telenovela se constituyó en un éxito de gran resonancia mientras transitaba en paralelo con el país el espinoso camino hacia el referendo revocatorio presidencial de agosto de 2004. Cosita Rica ganó la guerra del rating contra la televisora rival, RCTV, y recuperó para Venevision el primer puesto de sintonía que le había eludido por más de dos años. Hoy en día, sin embargo, es imposible producir y transmitir una telenovela como Cosita Rica en Venezuela. En la última década el marco legal, el panorama mediático, la televisión y la industria de la telenovela han cambiado de manera fundamental en el país.            

¿Qué ha pasado desde el 2003?

El contenido de los medios de comunicación estaba profundamente polarizado en el año 2003. En general, los medios privados, incluyendo a Venevision, eran críticos del gobierno de Chávez y los medios del estado tenían el aroma indiscutible del proselitismo oficialista. El presidente imponía su presencia a través de cadenas en las que atacaba a los medios privados con insistencia. Fue en este ambiente mediático que Leonardo Padrón escribió Cosita Rica con dos objetivos: “analizar el poder y sus miserias, y escribir acerca de la posible reconciliación entre los dos bandos políticos”. El público, chavista, antichavista y ni-ni, respondió masivamente siguiendo la telenovela noche a noche. (En mi libro Venezuela es una telenovela (Alfa, 2007)) detallo la escritura, producción y recepción de Cosita Rica).

Siete meses después del final de Cosita Rica, en marzo de 2005, la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión (conocida por sus siglas como “Ley Resorte”) entró en efecto. Esta ley imponía penalidades severas a las emisoras que no cumplieran con sus regulaciones e incluía normas estrictas en cuanto a las historias, y al lenguaje verbal y visual, que se podía transmitir en el primetime, horario tradicionalmente destinado a las telenovelas.



En mayo de 2007, salió del aire RCTV cuando su licencia expiró y no fue renovada por el gobierno. Su lugar en el espectro radioeléctrico fue ocupado por la televisora estatal TVES. El cierre de RCTV le puso fin a una era que definió a la televisión venezolana por 50 años: la competencia entre RCTV y Venevision. La industria de la telenovela nacional había perdido uno de sus dos principales productores. Y el país experimentaba la ausencia de uno de sus medios emblemáticos. El mensaje para las televisoras que quedaban era inequívoco.

De hecho, ya Venevision había puesto sus barbas en remojo, cambiando su postura política. La mutación comenzó en el 2004, durante los dos últimos meses de Cosita Rica. Primero, la televisora accedió a la exigencia gubernamental de que el resultado del referendo revocatorio de “Olegario” en la novela no ocurriera antes de que el referendo revocatorio del Presidente Chávez sucediera en la realidad. Segundo, Venevision estableció un sistema de autocensura en el cual el departamento legal revisaba cuidadosamente los libretos de la telenovela. Durante el último mes de Cosita Rica, Leonardo Padrón tuvo que re-escribir diálogos y situaciones, y algunas escenas fueron re-grabadas.

Estas medidas fueron precedidas de dos eventos significativos. El gobierno allanó la “Quinta Guadalupana”, propiedad del Grupo Cisneros (dueños de Venevision), y reportó que había encontrado armas y “material de insurrección”. Víctor Ferreres, entonces presidente de Venevision, negó la presencia de armamento en la casa y sugirió que había sido “sembrado” allí “en un esfuerzo gubernamental para desacreditar al Señor Cisneros”. Días después, Gustavo Cisneros y Chávez se reunieron junto al ex presidente norteamericano Jimmy Carter, quien actuó como mediador. (“Carter reunió a Chávez y a Cisneros”. 2004, Junio 19. El Nacional, p. A/8). Seguidamente, Venevision implementó el sistema de autocensura ya descrito y comenzó a moderar su línea política. Unos meses después, el contenido de la televisora ya no podía ser calificado como de oposición.

Televen también atemperó su contenido político, eliminando algunos programas de opinión de corte opositor.  Este canal, tradicionalmente comprador de telenovelas foráneas, pasó a ser el competidor más cercano de Venevision y comenzó planes para producir sus propias telenovelas.

El Presente

Hoy en día que un medio venezolano esté en manos privadas no significa que su contenido sea opositor al gobierno. Una mezcla de leyes de contenido, autocensura como mecanismo de supervivencia y compras de medios por grupos cercanos al gobierno ha reducido de manera significativa el espacio para las voces disidentes.

La industria venezolana de la telenovela, considerada entre las más importantes del mundo en los años 80 y 90, hoy está severamente disminuida. La ausencia de RCTV la redujo a la mitad encogiendo, en esa misma proporción, el número de empleos. Desde entonces se observa una diáspora sostenida del talento venezolano que debilita aún más a la telenovela local y fortalece a la televisión hecha en Colombia, México y Miami.

En el aspecto económico, las políticas cambiarias dificultan la actualización de equipos y el entrenamiento de sus operadores. La inversión en telenovelas ha bajado mientras Venevision y Televen navegan la encrespada situación política y buscan la varita mágica que le devolverá a la telenovela venezolana su elusivo esplendor del pasado.

La producción y la presencia de nuestra industria de la telenovela es, claramente, menor. Hace diez años Venevision y RCTV producían 4-6 telenovelas al año, cada uno. Su primetime se llenaba con producciones nacionales. En contraste, este año Venevision realizó tres producciones: una serie de acción (en co-producción) y dos telenovelas. De ésas, solo una ha visto el aire: De todas maneras Rosa, actualmente a las 9 p.m. Televen ha co-producido dos telenovelas con Telemundo (USA) y Cadena Tres (México). Una ya fue transmitida y la otra apenas comienza su etapa de producción. La grilla de programación de ambas televisoras está repleta de telenovelas importadas de Colombia, México y Telemundo. Y, en una dramática inversión del flujo de la globalización de las telenovelas, hasta los dramas coreanos tienen ya presencia en nuestra pantalla chica. Por su parte, TVES transmite una telenovela brasileña en su primetime y se alista para colocar en pantalla la producción independiente Guerreras y Centauros, luego de dos experiencias previas—Caramelo e’ chocolate y Teresa en tres estaciones—que tuvieron bajísimo rating y críticas negativas.

En estos días las co-producciones que utilizan “know-how” venezolano y/o que se realizan en las instalaciones de RCTV parecen ser la nueva norma. Estas telenovelas rara vez tienen actores venezolanos en los roles protagónicos. También exigen los llamados acento “neutro” y vocabulario “universal”, que son más cercanos a México y Colombia, que a Venezuela. En consecuencia, en esas telenovelas nuestros actores no suenan como el país mientras “platican” en un acento impuesto. Este patrón también se observa en las co-producciones de Televen y hasta en algunas novelas de Venevision.


Un factor aún más importante es que la camisa de fuerza de la Ley Resorte, más el miedo convertido en autocensura, traen como consecuencia tramas sosas y pacatas que contrastan con las historias más contemporáneas y arriesgadas que se están haciendo en otros países.

Las consecuencias de todo esto se ven tanto en el mercado internacional, donde la telenovela venezolana se desdibuja, como en la pantalla local, donde el desencanto de los televidentes se evidencia en ratings y shares que favorecen cada vez más a las opciones del cable:

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Venevision--rango promedio rating y share mientras Cosita Rica estuvo al aire: 7.0-14.4  32-50%
Venevision--rating y share promedio a las 9 p.m. Sep. 2-6, 2013:                  5.6          23.8%

RCTV--rango promedio rating y share mientras Cosita Rica estuvo al aire:        5.5-10.0   25-32%

RCTV--rating y share promedio a las 9 p.m. Sep. 2-6, 2013:                          n/a           n/a

Televen--rango promedio rating y share mientras Cosita Rica estuvo al aire:      2.0-3.5     8-12%

Televen--rating y share promedio a las 9 p.m. Sep. 2-6, 2013:                        5.1       21.5%

TVES--rango promedio rating y share mientras Cosita Rica estuvo al aire:         n/a             n/a

TVES--rating y share promedio a las 9 p.m. Sep. 2-6, 2013:                           0.3          1.5%

Cable--rango promedio rating y share mientras Cosita Rica estuvo al aire:        1.0-2.0     5-10%

Cable--rating y share promedio a las 9 p.m. Sep. 2-6, 2013:                          8.8         36.7%


NOTAS:
  • Para los números en rojo, escogí de manera aleatoria una semana reciente (Sep. 2-6, 2013) y calculé el promedio de ratings y shares para el horario de las  9 p.m. de lunes a viernes.
  • Durante la semana escogida, Venevision transmitió en ese horario la única telenovela venezolana actualmente en primetime: De todas maneras Rosa.
  • Las primeras dos noches de esa semana, Televen transmitió los capítulos finales de Las Bandidas un remake de la telenovela venezolana Las Amazonas, co-producido por Televisa (México) y RTI (Colombia) en los estudios de RCTV.  El resto de la semana, Televen colocó en pantalla a Marido en alquiler, un remake de la telenovela brasileña Fina Estampa, co-producido por Telemundo (USA) y Rede Globo (Brasil).
  • AGB Venezuela reporta las estaciones por cable como una medida agregada. Probablemente no hay un canal de cable individual que tenga un rating más alto que Venevision o Televen. Pero el agregado del cable es cada vez más alto.
  • TVES transmitió generalmente fútbol y/o noticias hasta las 9:30 p.m., seguidas de la telenovela brasileña Río del destino, producida por Rede Globo.
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El contraste entre los 11 meses de Cosita Rica (2003-2004) y el ahora evidencia el impacto que el contexto político-económico ha tenido sobre la televisión venezolana y su espina dorsal: la telenovela.

Pero la telenovela no es simplemente una empresa comercial o un género de historias melodramáticas despreciadas y consumidas masivamente. La telenovela también es un epicentro donde medios de comunicación, cultura y sociedad muestran la trenza que los une. Como lo han demostrado Cosita Rica y otras telenovelas (Por estas calles, Roque Santeiro, Nada Personal, La Mujer Perfecta, etc.), este género puede ser un espejo donde la formación social se mira a sí misma y un espacio discursivo en el cual contenidos y significados son interrogados y negociados. A medida que la telenovela venezolana se difumina, también lo hacen las historias, temas, personajes, vocabulario y acento venezolanos. Y con ellos desaparece un terreno de discusión que está incrustado en la cotidianidad del país.

Quizás sea esto último la razón por la cual el gobierno venezolano se ha asegurado que ninguna telenovela como Cosita Rica sea escrita, producida o transmitida en el país. Esto también puede estar detrás del anuncio de Nicolás Maduro de que el gobierno creará un centro para la producción de telenovelas.


Cerrar espacios de debate. Dominar tanto la agenda de temas como el discurso. He ahí los objetivos.

Mientras tanto, Univision se alista para estrenar Cosita Linda, un remake de Cosita Rica sin los contenidos políticos, hecho en Miami por Venevision Productions, y protagonizado por el actor peruano Christian Meier y la actriz mexicana Ana Lorena Sánchez.


Apéndice: Cuando Cosita Rica y ahora

  • Víctor Ferreres era el Presidente de Venevision. Después de Cosita Rica salió de ese cargo. Hoy trabaja por su cuenta haciendo outsourcing de publicidad. 
  • Arquímedes Rivero era el Director Ejecutivo de Dramáticos de Venevision durante Cosita Rica. Hoy es Director Ejecutivo de Venevision Productions en Miami.
  • Leonardo Padrón, autor de Cosita Rica, sigue escribiendo en diversos registros que incluyen telenovelas, poesía, entrevista, crónica y literatura infantil.  Su posición opositora le ha granjeado el respeto de la disidencia, y el acoso y las amenazas del chavismo. Escribe una telenovela para Venevision y espera, desde principios de este año, que entre en producción.
  • Consuelo Delgado, productora ejecutiva de Cosita Rica, puso su renuncia recientemente en Venevision. 
  • Carolina De Jacovo, productora general de Cosita Rica, es ahora la productora ejecutiva de la única telenovela venezolana actualmente en el primetime: De todas maneras Rosa.     
  • Fabiola Colmenarez, protagonista femenina de Cosita Ricase dedicó al teatro y a la política luego de ser excluida de las telenovelas de Venevision por su declarada oposición al gobierno. Actualmente es la candidata de la oposición por el municipio Vargas.
  • Rafael Novoa, actor colombiano protagonista masculino, ha protagonizado después de Cosita Rica diversas telenovelas y series hechas en Colombia y Miami.
  • Carlos Cruz, personificó a "Olegario", metáfora del presidente Chávez. Desde entonces ha trabajado en cine, teatro y televisión.  Actualmente tiene un rol protagónico en la versión teatral de El pez que fuma y es parte del elenco de Nora, la emprendedora, una co-producción de Televen, Telemundo y Cadena Tres. 
  • Edgar Ramírez, protagonista masculino de la exitosa historia de amor entre "Cacique" y las gemelas "Verónica" y "María Suspiro". Ramírez es una estrella de cine internacional. Ha sido nominado a los Globos de Oro y a los Emmy. Es ganador de un César de Francia. Actualmente trabaja como protagonista en la película sobre el boxeador Roberto “Mano E’ Piedra” Durán.
  • Marisa Román, personificó a las gemelas "Verónica" y "María Suspiro".  Román trabaja en cine, teatro y televisión en Venezuela, donde ha ganado varios premios de cine. Actualmente protagoniza la única telenovela venezolana transmitida en primetime: De todas maneras Rosa.
  • Gledys Ibarra fue "Patria Mía", personaje que representaba al país como madre soltera.  Una de las actrices más emblemáticas del país, Ibarra se vio forzada a emigrar a Miami por falta de oportunidades de trabajo. Actualmente trabaja en la telenovela Santa Diabla de Telemundo.
  • Roque Valero tuvo el rol de “Cachito”, un ladronzuelo del “Barrio República”. El personaje, escrito para generar reflexión sobre la falta de opciones productivas que aqueja a la juventud venezolana no privilegiada, se robó el corazón de muchos venezolanos.  Después de Cosita Rica, Leonardo Padrón le escribió a Valero el rol protagónico en su siguiente telenovela, Ciudad Bendita. En la última elección presidencial, Valero hizo público su apoyo al chavismo. En estos momentos está dedicado a la promoción de la película Bolívar, el hombre de las dificultades, la cual protagoniza         

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me quito el sombrero ante ti por tan exquisito estudio que realizas sobre las telenovelas.
¡Tan rápido se cumplen diez años de Cosita Rica!, para mí fue una telenovela estupenda, no había una noche en que no estallara de risa viendo a Olegario o a Pegao, o que se me arrugara el corazón por la nobleza de Mamá Santa. Esa telenovela sin lugar a dudas fue el reflejo de la Venezuela de aquel entonces y lamentablemente nuestra realidad no ha mejorado sino ha empeorado.
Es triste ver como el Gobierno ha cerrado espacios sin contemplación alguna. Antes era divertido “preocuparse” cuál canal sintonizar: si RCTV o Venevisión. La sana competencia entre esos dos canales era hasta divertida para nosotros los televidentes. En aquellos tiempos las telenovelas venezolanas era el plato favorito de las 9 p.m. en cualquiera de los dos canales. Hoy lamentablemente no es así.
Si el gobierno del “intergaláctico” en vez de amenazar, cumplir sus amenazas e imponer reglas, hubiese sido diligente y capaz de resolver los problemas del país sin pararle al contenido de la TV nacional, hoy quizás la realidad fuese distinta. Pero no. Cerró medios, quitó el pan de la boca a miles de personas y nuestra realidad es doblemente peor que en el año 2003: inflación, inseguridad, crisis carcelaria con sus pranes, desempleo, apagones, desabastecimiento, etc. ¿Son las telenovelas, programas de opinión y noticiarios los que generan todo este desastre? ¡No!, solo el gobierno tiene la culpa pero a ellos les resulta incómodo y prefieren callarlos que resolver los verdaderos problemas. El “intergaláctico” se murió y el país está vuelto un desastre.
Chévere que Nicolast diga que crearán una televisión de alta factura pero aquí se necesita que resuelvan los verdaderos problemas, además que haya inversión para que se siga produciendo contenido para televisión con la gente que sepa de la materia y que tenga la libertad con responsabilidad de producir buenas cosas para el público. ¿Qué va a saber Nicolast de telenovelas? Él es una comiquita (de las malas por cierto).
Como bien dices en el texto: “Un factor aún más importante es que la camisa de fuerza de la Ley Resorte, más el miedo convertido en autocensura, traen como consecuencia tramas sosas y pacatas que contrastan con las historias más contemporáneas y arriesgadas que se están haciendo en otros países”. Por ejemplo: Nacer contigo, mucho HD y todo, pero malaza.
Otra triste realidad es ver a nuestros actores y actrices divididos por la política, jamás se había visto una cosa así, pero no pierdo la fe en que las cosas van a tomar su buen camino, por el bien de todos.

becaangel dijo...

Me encantó tu análisis y tengo que decir que aunque no soy venezolana,soy de Puerto Rico y aquí se han visto y admirado por décadas las telenovelas venezolanas,inclusive " cosita rica" que fué.una de las últimas grandes telenovelas del género no sólo a nivel latinoamericano sino mundial. Que pena que por la política se tenga que llegar a estos niveles de intolerancia y censura. Espero algún.día esto mejore ya que creo que las telenovelas a nivel de latinoamérica son un vehículo para demostrar,analizar y comprender diferentes situaciones por las que puede estar atravesando un país.