
"Este país merece una televisión distinta; contemporánea, libre de mafias, novedosa y dispuesta a la aventura".
"Nunca vislumbré un gerente cierto, sino una coyuntura cierta nacida de quienes hacen y no disponen".
"Porque a pesar de tanto imbécil engreído continúan valiendo la pena nueve millones de televidentes a la espera de algo sensato, variado, renovado, capaz de confrontarlos".
--Cabrujas, José Ignacio (1995).
El NacionalEsta semana José Ignacio Cabrujas cumpliría 70 años. Su aporte a la telenovela latinoamericana es inmenso al romper el paradigma de que la telenovela sólo podía contar la misma historia básica y con el mismo lenguaje. En un género en el cual reinaban las cenicientas, Cabrujas nos regaló heroínas que sí tenían agencia sobre su destino y personajes que escapaban el maniqueísmo de la telenovela rosa del momento. El nos enseñó que el contexto del cuento también importa, sea este la realidad contemporánea o la histórica.
Hoy en día, doce años después de que un infarto se lo llevara prematuramente en la Isla de Margarita, la influencia de Cabrujas en el panorama de la telenovela todavía es patente. En Venezuela,
César Miguel Rondón,
Leonardo Padrón y
Mónica Montañes son, quizás, los autores en los que vemos con más claridad el ascendiente de Cabrujas. Pero también es evidente en el autor de telenovelas más exitoso de la última década, el colombiano
Fernando Gaitán:
"Tuve un encuentro maravilloso, que me marcó por el resto de mi vida y que fue determinante en mi apreciación y el conocimiento sobre la televisión, con José Ignacio Cabrujas. [...] La televisión colombiana siempre vivió muy encerrada en sí misma, hasta la telenovela Café con Aroma de Mujer. Tengo que decirlo con modestia, pues fue esa telenovela la que abrió las puertas hacia afuera. En Colombia no conocíamos el mundo de la televisión y el maestro Cabrujas fue, tal vez, la primera persona que, con gran lucidez, nos mostró ese enorme universo y lo bien que lo había estudiado allá en Venezuela".
(Fernando Gaitán, entrevistado por Leonardo Padrón en
Los Imposibles, 2005).
En esta época de la globalización, en la cual el remake parece ser rey, vemos como
Yo soy Betty, la fea se transforma en
Ugly Betty, y se escriben definiciones de la telenovela como una variante de la soap opera, es necesario recordar que, como decía Cabrujas,
"Latinoamérica inventó la telenovela".

No debemos olvidar tampoco que el estudio a fondo de la telenovela es pertinente para entender nuestra(s) cultura(s) y sociedad(es):
"Por ser tan cotidiana, porque la vemos en el televisor, no nos preguntamos de dónde viene, en qué se apoya, qué conceptos maneja en el fondo, qué hay allí de universal y de humano"
--Cabrujas, José Ignacio (2002),
Y Latinoamérica inventó la telenovela, Caracas: Alfadil, pp. 21-22.
Cabrujas era un visionario que entendió a Venezuela con una lucidez envidiable y necesaria. Hace dos semanas tuve el inmenso placer de ver en Caracas el más reciente montaje de su obra de teatro,
"El día que me quieras". Sentí como si Cabrujas la hubiera escrito la noche anterior, cuando realmente lo hizo hace casi 20 años. Así de actual es este texto mágico, así de visionario era Cabrujas...y así de permanentes parecen ser los problemas de Venezuela.
A lo largo de mis estudios de telenovelas, son muchos los actores y escritores que me han dicho
"¿Qué diría José Ignacio sobre Venezuela, la televisión y la telenovela hoy en día?"Personalmente creo que sí sabemos lo que nos diría, ya que,
"el recado que nos dejó Cabrujas es que cada día que estemos dentro de la televisión, haciendo televisión, tiene que ser una firma de declaración de independencia, en síntesis, un acto donde haya mayúsculas y riesgo. [...] Creo que el recado de José Ignacio Cabrujas es que la trinchera sigue abierta, que hay que seguir cayéndose a trompadas con la estupidez, así sea la estupidez la que nos pague nuestro quince y último".
--Padrón, Leonardo (2002).
A propósito de Cabrujas.